La palidez de mi amigo no era insólita. Con los años, la
piel de su rostro se unió al hueso y cuando movía las manos delgadas la luz las
atravesaba sin pena.
INCREÍBLE
Increíble el primer animal que soñó con otro animal. Monstruoso el primer vertebrado que logró incorporarse sobre dos pies y así esparció el terror entre las bestias normales que aún se arrastraban, con alegre y natural cercanía, por el fango creador.