28 de enero de 2017

DE QUIENES ACEPTARON NUESTRO RETO


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¡AY, QUÉ NO HACER POR UN BESO!

 El cucudrulo feroz tiene un problema en la encía derecha, le sangra y no puede beber ron los fines de semana con sus amigos reptiles. Ha hecho de tripas corazón y le ha pedido a la rana Jacinta que le ausculte. Ella es de confianza y no debe temer, porque ni siquiera es apetitosa, que no llega ni para un antojo gastronómico. Pues nada, que el batracio le ha hecho una limpieza dental en regla y le ha mandado mascar regaliz que es un santo remedio. El problema ha llegado cuando la rana odontóloga, y romántica donde las haya, le ha pedido un beso de despedida y el cucudrulu feroz ha tenido que preguntar que qué era eso. Superado el punto de ignorancia y después de varios intentos, parece que le ha tomado gusto y ahora es corriente ver en el pantanal cómo practican ambos dos. Y es que esto del calentamiento global hace estragos...

©Juan Badaya (Bilbao, España)
http://juanbadaya.blogspot.com.co/


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SINCRONÍAS


La Juana leyó que Acrobacia viene del griego akros, "alto", y bat, "andando", es decir, «andar de puntillas,» y que por allá en los días de los mitos griegos, era una actividad propia del arte escénico que implica equilibrio, agilidad y coordinación.

Desde entonces Juana practica bellos y gráciles saltos casi rayando en la perfección. En eso estaba, cuando con sigilo un saurio con sus ojos y párpados móviles la observaba, mientras ella saltaba por encima de la cabeza de un benévolo toro sirviéndose de sus cuernos como asas para darse impulso y dar una vuelta de campana sobre el lomo del paciente animal.

Tal y como lo testimonia el célebre cántaro de Nápoles, donde se muestra a una joven que salta y evoluciona al son de una música de flauta; Juana ahora salta y se arquea sobre el reptil que adormecido persevera con la mandíbula abierta. La rana, más confiada salta de nuevo y lo hace por entre los blancos puñales erguidos del arcosaurio.

Todos los presentes apostados entre las altas ramas y los profundos pastizales como escenario natural de pequeños animales silvestres entre ellos saltimbanquis, histriones, volatineros y prestidigitadores que mezclados con charlatanes, juglares y títeres, exteriorizaban su asombro seguido de aplausos, gritos, farsas y otras manifestaciones por un movimiento en falso que hizo que el malgeniado lagarto girara sobre su propio cuerpo tragándose a la desesperante rana.

©Leo Gil Mur.
https://leogilmur19.wordpress.com


Serengueti

Los ñus veían con admiración a la rana que se paseaba, displicente, entre las fauces abiertas de los cocodrilos; se preguntaban qué clase de embrujo usaba para dominar a aquel terrible predador.

-Debe ser una gran hechicera -se decían.

Cuando la manada de ñus dio marcha atrás, contrariando la ancestral migración anual a Masai Mara, a los hambrientos cocodrilos no les quedó más remedio que clavar los dientes en aquella minucia. Para fortuna de los saurios, la rana resultó ser un príncipe encantado, generoso de carnes.

José Manuel Ortiz Soto (Médico pediatra y escritor mexicano)

Sin título

La intrépida ranita pulsó con fuerza las cuerdas de sus largas piernas y saltó fuera del acuario cayendo entre las fauces del saurio disecado que hacía parte del ambiente; el tremendo susto casi paralizó su pequeño corazón esperando, con los ojos cerrados, que la dentada trampa se cerrara.


Camilo Forero. Escritor bugueño.

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