Los dos ejércitos hicieron oír el ruido de sus armas acudiendo presurosos al campo de batalla. Nadie apartaba los ojos de su enemigo. Los timbales y estandartes se veían por doquier. Horas después, las banderas y las espadas estaban por el suelo; la tierra se había tornado estrecha. Los sobrevivientes olvidaron aquel antiguo principio que reza: "Es mejor que el enemigo vea nuestras frentes y no nuestras espaldas".©Guillermo A. Castillo.
17 de junio de 2017
PERSPICACIAS
Horrorizado, Edipo huyó de Corinto guiando su carro por un angosto sendero, encontrándose a un rey que en alguna forma le era familiar. Ninguno quiso ceder el paso al otro. Por la discusión que siguió se formó el primer caos vehicular en el mundo, y como si fuera poco, el cumplimiento de la primera parte de las razones por las que huía el de la triste fama.©Guillermo A. Castillo.
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