El hombre no tenía sombra. El día
que nació notaron que no tenía sombra, lo cual lo hacía un hombre especial,
diferente a los demás hombres. Sucede que quiso tener su propia sombra y salió
en busca de ella, pero no cualquier sombra; el hombre sin sombra quería una
sombra especial, una que no la tuviera ningún otro hombre. Buscó debajo de la
luz y en los grises del día. En las playas atestadas de gentes bajo el
sol. Mejor dicho, en toda parte. Buscó y volvió a buscar hasta que por fin la
encontró. Sin embargo, una vez se la colocó, se sintió como todos los demás
hombres: vacío, sin gracia y sin convicción. Nunca pudo tener su propia luz
entre tanta sombra. ©
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Como el Perfume, sin olor o sombra, uno es quien no puede llegar a ser por falta de esencia a realidad.
ResponderBorrarMuy bueno. Un cordial saludo.
Sobre todo cuando somos avasallados por la realidad.
ResponderBorrarGracias por el comentario.
Saluda va.