"El poeta y su musa" |
El Día del Amor y la Amistad aquí en Colombia se celebra el tercer fin semana de cada septiembre que corresponde a un sábado...
¡FELIZ DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD,
desde hoy donde quieran que encuentren!
Aquí dejo estas cartas y si corresponden a alguna motivación interior responde en silencio.
1. De Gustave Flaubert
“La próxima vez que te vea te cubriré con amor, con
caricias, con éxtasis. Te atiborraré con todas las alegrías de la carne, de tal
forma que te desmayes y mueras. Quiero que te sientas maravillada conmigo, y
que te confieses a ti misma que ni siquiera habías soñado con ser transportada
de esa manera. Cuando seas vieja, quiero que recuerdes esas pocas horas, quiero
que tus huesos secos tiemblen de alegría cuando pienses en ellas”.
2. De Ernest Hemingway
"Mi querido pepinillo,
Salgo en el barco con Paxthe, Don Andrés y Gregorio
y estoy afuera todo el día. Luego regreso con la certeza de que habrá una carta
o varias. Y tal vez las haya. Si no hay, estaré triste y esperaré hasta la
mañana siguiente. Pensaré que no habrá nada hasta la noche.
Escríbeme pepinillo, si fuera un trabajo que tienes
que hacer lo harías. Es muy duro estar aquí sin ti y lo estoy haciendo pero te
extraño tanto que podría morir. Si algo te pasara moriría de la misma forma que
un animal muere en el zoológico si algo le pasa a su pareja.
Mucho amor, mi querida Mary. Debes saber que no
estoy siendo impaciente, estoy simplemente desesperado”.
3. De Lewis Carroll
“Mi queridísima Gertrude:
Te sentirás apenada, y sorprendida, y
desconcertada, de oír la extraña enfermedad que me aqueja desde que te fuiste.
Llamé al doctor y le dije “Deme medicina, pues estoy cansado”. Él me respondió:
“¡Tonterías! Usted no quiere medicina: ¡vaya a la cama!”. A lo que le repliqué:
“No, no es el tipo de cansancio que quiere cama. Estoy cansado en la cara”.
Él me dijo: “Cree que sean los labios”. “Por
supuesto –dije–. ¡Eso es exactamente lo que tengo!”. Me miró con gravedad y
dijo: “Creo que usted ha estado dando demasiados besos. “Bueno –dije–, sí le di
un beso a una amiga mía”.
“Piense otra vez –me dijo–; ¿está seguro que fue
solo uno?”. Lo pensé otra vez y dije: “Tal vez fueron once”. Así que el
doctor dijo: “No le debe dar más hasta que sus labios descansen”. “Pero qué se
supone que haga –dije–, porque mire, le debo 182 más”. Me miró con tanta
gravedad que las lágrimas se le escurrieron por las mejillas y dijo: “Podría
enviarlos en una caja”.
Entonces me acordé de una pequeña caja que alguna
vez compré en Dover, y pensé regalársela a una niña o a otra. Así que los
empaqué todos con mucho cuidado. Cuéntame si llegan a salvo o si se pierde
alguno en el camino”.
4. De Balzac
"Mi amado angel,
Estoy loco por ti: no puedo unir dos ideas sin que
tú te interpongas entre ellas. Ya no puedo pensar en nada diferente a ti. A
pesar de mí, mi imaginación me lleva a pensar en ti. Te agarro, te beso, te
acaricio, mil de las más amorosas caricias se apoderan de mí.
En cuanto a mi corazón, ahí estarás muy presente.
Tengo una deliciosa sensación de ti allí. Pero mi Dios, ¿qué será de mí ahora
que me has privado de la razón? Esta es una manía que, esta mañana, me
aterroriza.
Me pongo de pie y me digo a mí mismo: “Me voy para
allá”. Luego me siento de nuevo, movido por la responsabilidad. Ahí hay un
conflicto miedoso. Esto no es vida. Nunca antes había sido así. Tú lo has
devorado todo.
Me siento tonto y feliz tan pronto pienso en ti.
Giro en un sueño delicioso en el que en un instante se viven mil años. ¡Qué
situación tan horrible!
Estoy abrumado por el amor, sintiendo amor en cada
poro, viviendo solo por amor, y viendo cómo me consumen los sufrimientos,
atrapado en mil hilos de telaraña.
O, mi querida Eva, no lo sabías. Levanté tu carta.
Está frente a mí y te hablo como si estuvieras acá. Te veo, como te vi ayer,
hermosa, asombrosamente hermosa.
Ayer, durante toda la tarde, me dije a mí mismo:
“¡Es mía!”. Ah, ¡los ángeles no están tan felices en el paraíso como yo lo
estaba ayer!".
5. De Nathaniel Hawthorne
"Mi querida,
Me gustaría tener el don de hacer rimas, porque a
mi parecer hay poesía en mi cabeza y en mi corazón desde que estoy enamorado de
ti. Tú eres un poema. ¿De qué tipo? ¿Épico? Que se apiaden de mí, ¡no! ¿Un
soneto? No; porque es demasiado elaborado y artificial. Tú eres una especie de
balada dulce, simple, alegre y patética, cuya naturaleza es el canto, a veces
con lágrimas y otras con sonrisas, y en ocasiones con una mezcla de sonrisas y
lágrimas".
6. De Víctor Hugo
"Mi adorable y adorada,
Me he estado preguntanto si tal felicidad no es un
sueño. Me parece que lo que siento no es terrenal. Todavía no logro comprender
este cielo sin nubes. Toda mi alma es tuya. Mi Adele, por qué no hay otra
palabra para esto aparte de ‘alegría’ ¿Es porque el discurso humano no tiene el
poder de expresar tanta felicidad? Temo que de repente despierte de este sueño
divino. ¡Oh! ¡Ahora eres mía! ¡Por fin eres mía! Pronto, en unos meses, tal
vez, mi angel dormirá en mis brazos, despertará en mis brazos, vivirá ahí.
¡Todos tus pensamientos, todo el tiempo, todas tus miradas serán para mí; todos
mis pensamientos, todo el tiempo, todas mis miradas serán para ti!
Adiós, mi ángel, mi amada Adele. ¡Adiós!
Todavía estoy lejos de ti, pero puedo soñar
contigo. Pronto, quizás, estarás a mi lado.
Adiós; perdón por el delirio de tu esposo que te
abraza y que te adora, tanto en esta vida como en la otra".
7. De James Joyce
"Tú eres mi amor. Me tiene completamente en tu
poder. Sé y siento que si en el futuro escribo algo bueno y noble debo hacerlo
solo oyendo las puertas de tu corazón. Me gustaría que mi vida transcurriera a
tu lado, hasta que nos convirtamos en un mismo ser que morirá cuando llegue el
momento".
8. De John Keats
"Mi dulce Fanny,
¿Tú temes, a veces, que yo no te quiera tanto como
tú lo deseas? Mi querida niña, yo te quiero siempre y sin reserva. Entre más te
conozco más te quiero. De todas las formas posibles, incluso mis celos han sido
agonías de amor. Yo habría muerto por ti. Tú siempre eres nueva. El último de
tus besos siempre es el más dulce; la última sonrisa, la más brillante; el
último movimiento el más elegante.
Cuando pasaste por mi ventana ayer, sentí tanta
admiración como la primera vez que te vi. Incluso si no me quisieras no podría
evitar sentir una completa devoción hacia ti: así que me siento profundamente
enamorado al saber que me amas.
Mi mente ha sido las más descontenta e inquieta y
se ha puesto sobre un cuerpo demasiado pequeño. Nunca había sentido que mi
mente reposara con absoluta alegría, como me ocurrió contigo. Cuando tú estás
en el cuarto mis pensamientos nunca se van por la ventana: tú siempre haces que
todos mis sentidos se concentren".
9. De Goethe
"No puedo evitar amarte más de lo que es bueno
para mí. Me sentiré feliz hasta que te vea otra vez. Siempre soy consciente de
mi cercanía a ti, tu presencia nunca me deja. Adiós a ti, a quien amo mil
veces".
10. De Oscar Wilde
“Mi niño,
Tu soneto es encantador, y es una maravilla que esos labios tuyos, rojos como pétalos de rosa, estén hechos tanto para la locura de la música y las canciones como para la locura de besar. Tu delgada alma dorada camina en el medio de la pasión y la poesía. Sé que Jacinto, a quien Apolo amaba con tanta locura, era tú en los tiempos de Grecia. ¿Por qué estás solo en Londres, y cuándo vas a Salisbury? Ve allá a enfriar tus manos en el Crepúsculo gris de las cosas góticas, y ven aquí cuando quieras. Es un lugar encantador en el que solo faltas tú; pero ve a Salisbury primero.
Siempre, con imperecedero amor, tuyo”.
Parece que adivinhei:) no meu blogue é só AMOR:)
ResponderBorrarSilvia:Comemorar esta feliz coincidência. beijar seu ser.
ResponderBorrarmuy interesante entrada
ResponderBorrarsaludos
Palabras de amor de los grandes, me gustó, si señor.
ResponderBorrarUn abrazo.