Condenado por cometer un asesinato
Khalil será ejecutado de acuerdo a la ley sharia o del “camino recto”. Los preparativos tienen lugar
entre los altos muros de Bagdad. A Khalil le espera una soga silenciosa para su
estrangulamiento. Bajo ella, una butaca soportará el peso del condenado, y un pedazo
de lienzo le cubrirá los ojos; entonces unos pesados grilletes lo compensarán por los
pies.
Poco antes de la inevitable
ejecución, una sucesión de imágenes infinitas cruzan por la mente del convicto,
como si fueran universos paralelos conforme al rigor
de la muerte que le aguarda silenciosa. Entre aquellas representaciones
pictóricas aparece Khalil quitándole la vida a Yaminah, la favorita del legendario
príncipe sarraceno, tras lacerarla con certeza al declinar el sol.
De acuerdo a la ley de la
retribución, un natural de la víctima le dará el empujón final al condenado
para que la soga termine con su vida tras alcanzar una velocidad de caída capaz
de romperle el cuello. Todo está listo, pero una insensata contracción de los labios le produce al reo el más extraño gesto para terminar en un desgarrador grito.
En raudo movimiento la soga se sitúa en la cerviz de
Khalil, haciéndole presión a la tráquea y a las arterias que corren afanosas hacia
el cerebro del condenado. Tras el sonar limitado del harakat, el verdugo se
aproxima con lentitud, mientras la muchedumbre aguarda expectante el brutal
espectáculo. Cuando se espera el empujón final, una bofetada al condenado cambia
la muerte por la vida, como cuando la flor perenne vuelve a florecer. “Hace
tres días, vi a mi hija en un sueño y me dijo que ella estaba bien en un buen
lugar, que no nos vengáramos. –le gritó, una mujer de riguroso chador negro. La
gloria sea del Misericordioso, el Compasivo”. ©
Los noticiarios a veces nos recuerdan que la venganza es un plato que no llena.
ResponderBorrarLa Sharia tendría su sentido en su momento, pero para mí es incomprensible.
Un abrazo.
Y es nuestra obligación no seguirles el juego a lo evidente.
ResponderBorrarSaludos macondianos.