13 de septiembre de 2014
ILUSIONES
Tras el sonido de las trompetas el rey se arrodilló pidiendo clemencia y entregó todos sus bienes, pero el perdón no se hizo escuchar, porque el monarca se quedó con todas las estrellas fugaces que cruzaron los corazones de sus infortunados súbditos.©
1 comentario:
Albada Dos
sábado, 20 de septiembre de 2014, 7:51:00 a.m. GMT-5
Era un rey sabio. Se quedaba lo mejor, lo intangible, lo impagable.
Un abrazo.
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Era un rey sabio. Se quedaba lo mejor, lo intangible, lo impagable.
ResponderBorrarUn abrazo.