Los dos hombres se miraron de arriba abajo. Eran exactamente iguales. Razón, por la cual,
uno de ellos se enfureció y se abalanzó contra el otro, porque cada impresión crea un enemigo. El espejo
estalló en varios pedazos: los dos hombres cayeron muertos, porque nadie
resiste ser el espectador de su propia vida. ©
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Los espejos, creando los fantasmas de infiernos interiores.
ResponderBorrarBuen micro. Un abrazo.
Así es, los espejos muestran nuestros espantos.
ResponderBorrarOtro abrazo va.
Buena reflexión.
ResponderBorrarMuchas gracias por tu visita.
Un placer leerte.
Un abrazo.
Amalia: Soy yo quien agradece tu paso por este espacio.
ResponderBorrarSaludo.