Sigue pensando, hasta que finalmente, sus ágiles dedos se desplazan por el teclado del portátil. Van a una velocidad vertiginosa, de pronto, se detienen, vuelve a quedarse pensativo, si escribe un nuevo cuento, será sobre lo que atormenta a un escritor como él cuando no tiene de dónde arrancar. Quiere escribir, es preciso que lo haga porque se trata de una nueva entrada en su blog. Piensa, sin embargo, que no se le ocurre nada, pero nada de nada.
Finalmente sus pensamientos como sus dedos arrancan de nuevo, esta vez con mayor velocidad. Sus dedos ya escriben algo, la primera letra inicial de su cuento, la primera letra inicial de Nada. ©Guillermo A. Castillo.
El escritor necesita tan poco espacio, a diferencia de un escultor, por poner un ejemplo, que una roca frente al mar y una tablet, o un simple móvil con grabador, es su escritorio. Sin embargo, a veces es conveniente dejar en la puerta una señal de que no meolesten, se está escribiendo.
ResponderBorrarPorque "la Nada", con esa n mayúscula que inaugura un cuento, puede ser el nombre de un protagonista que quiera la oportunidad de crecer. ¿Porqué no? :-)
Un abrazo feliz domingo
Tienes razón, pero la N es de Nada se le ocurrió en medio de esa larga incertidumbre.
ResponderBorrarUn abrazo, disfruta también de este domingo.
Con Nada se hace un Todo
ResponderBorrarAbrazos