Con la semidesnudez de mi mujer a mi lado y la excitación atropellándome, hice un movimiento involuntario. Ella, comprensiva conmigo, me incitó a tomarla. Le dije a manera de disculpa que mientras soñada ya lo había hecho; pero el trío con la cámara no funcionó, dijo ella, acariciando y juntado mis cabellos.©
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Qué buena observación la de tu mujer. Muy ocurrente y muy bien tratado tu microrrelato.
ResponderBorrarSaludos!
tiene esa intriga que agita
ResponderBorrarla imaginación,
saludos