Caro Fernández de la Cofradía del Cuento Corto "Triple C", ha propuesto un creativo ejercicio consistente en hacer la nueva versión con un final diferente de algunos microrrelatos. He aquí nuestro presencia en el juego:
RITMO
INTERIOR (de Sara Lew)
El
anciano se sienta en la acera cada día. Porta una vetusta radio que resopla
canciones gastadas como sus pilas. Con voz curtida el viejo canta ante su
improvisado público. Saberse escuchado aligera su soledad. En un momento la
radio deja ya de sonar y él calla. Ese silencio, antes repudiado, de repente lo
reconforta. Oye un ritmo firme y armónico. Se estremece ante esa música
interior que le recuerda que no está solo, que él mismo es su mejor compañía.
Entonces su corazón decide que ya puede descansar: al fin ha sido escuchado por
su dueño.
RITMO
INTERIOR (GuillerCastillo)
El
anciano se sienta en la acera cada día. Porta una vetusta radio que resopla
canciones gastadas como sus pilas. Con voz curtida el viejo canta ante su improvisado
público. Saberse escuchado aligera su soledad. En un momento la radio deja ya
de sonar y él calla. Ese silencio, antes repudiado, de repente lo reconforta.
Oye un ritmo firme y armónico que él mismo introdujo al canto anónimo de tres
tumbadoras y una suerte de caja de madera percutida. Mientras los bailadores
presentan una coreografía, él persigue a la morena con torpes movimientos
eróticos. Ella, aunque en un primer momento lo rechaza, al final lo consiente.
AYER Y
HOY(GuillerCastillo)
Mientras
miramos la lluvia por la ventana, y sin darnos cuenta, llegó la estación tardía
representada de una sola manera: con color, pero sin aroma.
AYER Y
HOY (José Manuel Ortiz Soto)
Mientras
miramos la lluvia por la ventana, no nos damos cuenta que el diluvio acá
adentro terminó ayer.
AYER Y HOY (de GuillerCastillo a la manera de Jesús Olague)
AYER Y HOY (de GuillerCastillo a la manera de Jesús Olague)
Mientras miramos la lluvia por
la ventana, nuestras lágrimas no logran siquiera humedecer nuestros corazones,
áridos de tiempo.
LA SOLEDAD DEL NÀUFRAGO (de José Manuel Ortiz Soto)
LA SOLEDAD DEL NÀUFRAGO (Guillermo Castillo)
El mar en su cabeza amenazaba con picarse de un momento a otro. Entre maldiciones y tropiezos atravesó el largo pasillo. El cantar de las botellas de vodka vacías sobre la mesa precedió la primera arcada, lejos, muy lejos del retrete.
LA SOLEDAD DEL NÀUFRAGO (Guillermo Castillo)
El mar
en su cabeza amenazaba con picarse de un momento a otro. El tintineo de las
botellas de vodka vacías lo hicieron levantar un poco más aturdido de lo
normal, ignorando que las palabras de un hombre ebrio son los pensamientos de
un hombre sobrio.
Instantánea
(de Caro Fernández)
Cuando
acaben las sesiones, mi terapeuta va a tener que hacer terapia.
Instantánea
(de GuillerCastillo)
Cuando
acaben las sesiones, el terapeuta tendrá que comenzar a hacer fuegos
artificiales con el sol, la luna y las estrellas, para recuperar a su amada
después de muchos años de matrimonio.
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