Ninguno es mi nombre. Mi caso
no lo resolverán los que dicen llamarse pensadores. Tan sólo
está revelado mi condición de poeta.
Dejen las impertinencias. Tan
sólo escuchen. Déjense guiar hacia los confines de la imaginación. Dejen que les
siga contando más historias... Al fin y al cabo soy quien tiene los hilos de la
realidad y la leyenda. ©
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Nota: Hemos publicado este microrrelato con otro título (Revelaciones) y dejado a consideración de los lectores de la Cofradía del Cuento Corto "Triple C" la posibilidad de cambiar el final. Ver en :
No se elige ser poeta.
ResponderBorrarEs un hálito de lucidez en la comprensión de la armonía que asoma en todo lo que rodea al hombre.
Me gustó. La cuestión es ¡¿to be or not to be?. Si me permites.
Un abrazo
Por supuesto querida Albada. Gracias por la cuestión afectuosa de tu comentario.
ResponderBorrarUn abrazo también para ti.