Tenía catorce años… Lo recuerdo tanto como nuestro primer
beso. Siempre me esperaba sentada sobre el andén. En esas noches pueriles de cada fin
de semana fuimos descubriendo muchas formas de amar, hasta que tiempo después,
verla pasar por la calle común a los dos, se convirtió en una de las miles de formas de
decir “ya no te amo”. ©
13 de julio de 2013
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