Coincidimos al pedir, Café
acaramelado, al caramelo, solicitamos a la vez. Y esa golosina fue pretexto
para conocer más sobre recetas preparadas con besos, deseos, sutiles mordiscos,
susurros de versos y café por doquier. Las llaves iban y venían apresuradas sin
abrir la puerta, mientras él delineaba atajos de besos dulces en mis desnudos
hombros. Con precipitada suavidad cayeron las tiras de mi blusa liberando mis pechos, entonces con amable
descortesía, me mordisqueó los pezones mientras yo suspiraba sin reserva y me
derramaba en la entrada. En la habitación, sus labios melosos me devoraban y
sus manos tempestuosas seguían desnudándome. Le quité presurosa los yines, pero él respondió
hurtándome el mío con un solo dedo. Siguió explorando a ciegas hasta cuando mi
bikini al viento salió volando. Así llego el amor y me quedé desnuda, mientras
Yusef Lateef, seguía explorando las dimensiones insólitas del jazz. ©
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Visitas del mes pasado a la página
1,191
Translate
Especial: La novela en mil textos
Homenaje a Georges Méliés
Colegio Académico de Buga
Antología de minicuentos contundentes
ESCARABAJO
Revista Antología de amor y desamor: dos textos míos
Powered by
Issuu
Publish for Free
Revista Salvo el crepúsculo: microrrelatos de mi autoría.
Powered by
Issuu
Publish for Free
las coincidencias soltando amarras y botones de blue jeans.
ResponderBorrarEntre caramelos.
Entre tanto caramelo faltaban tus palabras, estimada Albada.
ResponderBorrarGracias.