Que ganas tengo que un día me invites a bailar
un bolero (…) y tú me
digas que soy tu desvelo.
Fue terrible verla partir sin
un beso y privarnos de bailar un bolero para fundirnos
en un solo abrazo. Como si fuera poco, una voz a nuestras espaldas decretaba: “Hay hombres que van
a una fiesta con la que aman y con su mujer”. ©
me queda un sabor a incertidumbre. Que tampoco importa que lo sea.
ResponderBorrarUn cordial saludo.
¿Cuál es tu incertidumbre, estimada Albada?
ResponderBorrarUn abrazo.