—Quiero decirle que estoy muy
berraco con usted porque yo no dejo arrimar gente buscando modos diferentes de
corrupción; y si lo veo le voy a dar en la cara, marica, —le gritó el
presidente a la Mechuda, un empleado de la sede presidencial.
Al calor de aquella amenaza, y
mientras intentaba articular palabra alguna, la Mechuda, recordó la pintura al
óleo El Cazador de Fernando Botero.
©Guillermo Castillo.
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