¡AY, QUÉ NO HACER POR UN BESO!
El cucudrulo feroz tiene un problema en la encía derecha, le sangra y no puede beber ron los fines de semana con sus amigos reptiles. Ha hecho de tripas corazón y le ha pedido a la rana Jacinta que le ausculte. Ella es de confianza y no debe temer, porque ni siquiera es apetitosa, que no llega ni para un antojo gastronómico. Pues nada, que el batracio le ha hecho una limpieza dental en regla y le ha mandado mascar regaliz que es un santo remedio. El problema ha llegado cuando la rana odontóloga, y romántica donde las haya, le ha pedido un beso de despedida y el cucudrulu feroz ha tenido que preguntar que qué era eso. Superado el punto de ignorancia y después de varios intentos, parece que le ha tomado gusto y ahora es corriente ver en el pantanal cómo practican ambos dos. Y es que esto del calentamiento global hace estragos...
©Juan Badaya (Bilbao, España)
http://juanbadaya.blogspot.com.co/
SINCRONÍAS
Todos los presentes apostados
entre las altas ramas y los profundos pastizales como escenario natural de pequeños animales silvestres entre ellos saltimbanquis, histriones,
volatineros y prestidigitadores que mezclados con charlatanes, juglares y
títeres, exteriorizaban su asombro seguido de aplausos, gritos, farsas y otras manifestaciones
por un movimiento en falso que hizo que el malgeniado lagarto girara sobre su
propio cuerpo tragándose a la desesperante rana.
©Leo Gil Mur.
https://leogilmur19.wordpress.com
SINCRONÍAS
La Juana leyó que Acrobacia viene del griego akros,
"alto", y bat, "andando", es decir, «andar de puntillas,» y
que por allá en los días de los mitos griegos, era una actividad propia del
arte escénico que implica equilibrio, agilidad y coordinación.
Desde entonces Juana practica
bellos y gráciles saltos casi rayando en la perfección. En eso estaba, cuando
con sigilo un saurio con sus ojos y párpados móviles la observaba, mientras ella
saltaba por encima de la cabeza de un benévolo toro sirviéndose de sus cuernos
como asas para darse impulso y dar una vuelta de campana sobre el lomo del paciente
animal.
Tal y como lo testimonia el
célebre cántaro de Nápoles, donde se muestra a una joven que salta y evoluciona
al son de una música de flauta; Juana ahora salta y se arquea sobre el reptil que
adormecido persevera con la mandíbula abierta. La rana, más confiada salta de nuevo y
lo hace por entre los blancos puñales erguidos del arcosaurio.
©Leo Gil Mur.
https://leogilmur19.wordpress.com
Serengueti
Los ñus veían con admiración a la rana que se paseaba, displicente, entre las
fauces abiertas de los cocodrilos; se preguntaban qué clase de embrujo usaba
para dominar a aquel terrible predador.
-Debe ser una gran hechicera
-se decían.
Cuando la manada de ñus dio
marcha atrás, contrariando la ancestral migración anual a Masai Mara, a los
hambrientos cocodrilos no les quedó más remedio que clavar los dientes en
aquella minucia. Para fortuna de los saurios, la rana resultó ser un príncipe
encantado, generoso de carnes.
José Manuel Ortiz Soto (Médico pediatra y escritor mexicano)
Sin título
La intrépida ranita pulsó con
fuerza las cuerdas de sus largas piernas y saltó fuera del acuario cayendo
entre las fauces del saurio disecado que hacía parte del ambiente; el tremendo
susto casi paralizó su pequeño corazón esperando, con los ojos cerrados, que la
dentada trampa se cerrara.
Camilo Forero. Escritor
bugueño.
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