Enrique Simonet. La autopsia |
Había aprendido su oficio lo mejor que pudo, un oficio delicado, que exigía tacto, gusto y minuciosidad. Se podía pensar que el día que se instaló por su cuenta, sintió la satisfacción de haber superado el obstáculo más difícil: cubrir a sus impúdicas víctimas.©Guillermo A. Castillo.
Se sentía, sin dudas, realizado...
ResponderBorrarSaludos,
J.
Ja, ja, ja mal pensado, pero se justifica.
ResponderBorrarGracias por su registro de visita.