La minificción es un sub-género experimental del cuento a decir de Dolores Mercedes Koch (2000) que se pasea, con mucho sentido estético, como una muestra más del imaginario colectivo.
Es un vector de creatividad, en el que cada quien puede plasmar esas causas y azares esenciales que le son propias y, al mismo tiempo, identificarse con otros.
El microrelato es a la vez fuente de diálogo y la mínima concentración del pensamiento contenida en una idea. Es como las obras de arte, irrepetible.
También es hijo del siglo XX y de una tradición cultural heredada, por su interacción con otras expresiones literarias, gracias a su diálogo permanente con otros, sus contertulios.
Cabe decir además, que es un referente frente a los rapidísimos avances de las indetenibles tecnologías donde encontramos al hombre inmerso y desprotegido.
En fin, es un pensamiento a tiempo para iniciar el camino diario. Este es nuestro propósito al identificarnos con el escritor italiano Ippolito Nievo, cuando dijo:
"Donde truena un hecho, ten la certeza de que ha relampagueado una idea".
¡B i e n v e n i d o s!
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