Quienes seguimos de cerca al único evento cultural internacional de nuestra ciudad y tal vez de la comarca valleaucana, como lo dijo su director, Germán Jaramillo Duque, estamos obligados a saludar el arribo a sus veinticinco años continuos de encuentros entre narradores de historias y leyendas.
Anoche estuvimos en la función de apertura y una vez más evidenciamos como el narrador oral es el artista de la palabra, de la mirada y del gesto, es el renovador de la magia y de la comunicación humana.
La FUNDACIÓN CULTURAL EL GRUPO realiza actividades tendientes a mantener un espacio abierto para la expresión de la TRADICIÓN ORAL porque el poder de las historias es enorme. No existe ningún pueblo en el mundo que no tenga un caudal de cuentos, historias, mitos y leyendas que no hayan sido heredadas de generación en generación.
Enhorabuena, congratulaciones a todos por la magnitud del evento y el tesón en medio de las dificultades cuando este tipo de propuestas se hacen a pulso ante la mirada indiferente del Estado.
A propósito dejamos aquí un importante documento:
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS A ESCUCHAR CUENTOS
1.- Todo niño y niña, sin distinción de raza, idioma o religión, tiene derecho a escuchar los más hermosos cuentos de la tradición oral de todos los pueblos del mundo, especialmente aquellos que estimulen su imaginación y su capacidad crítica.
2.- Todo niño y niña tiene pleno derecho a exigir que sus padres le cuenten cuentos a cualquier hora del día. Aquellos padres que sean sorprendidos negándose a contar un cuento a sus hijos, no sólo incurren en un grave delito de omisión culposa, sino que se están auto condenando a que sus hijos jamás vuelvan a pedir otro cuento.
3.- Todo niño y niña que por una u otra razón no tenga a nadie que le cuente cuentos, tiene absoluto derecho a pedir al adulto de su preferencia que se los cuente, siempre y cuando éste demuestre que lo hace con amor y ternura, que es como se cuentan los cuentos.
4.- Todo niño y niña tiene derecho a escuchar cuentos sentados en las rodillas de sus abuelos. Aquellos que tengan vivos a sus cuatro abuelos podrán cederlos a otros niños y niñas que, por diversas razones, no tengan abuelos que se los cuenten. Del mismo modo, aquellos abuelos que carezcan de nietos están en libertad de acudir a escuelas , parques y otros lugares de concentración infantil donde, con entera libertad, podrán contar cuantos cuentos quieran.
5.- Todo niño y niña está en el derecho de saber quienes son Hans Cristhian Andersen, los Hermanos Grimm y todos los magos de la palabra y la imaginación. Las personas adultas están en la obligación de poner al alcance de los niños todos los libros, cuentos y poemas de todos los autores.
6.- Todo niño y niña goza a plenitud del derecho a conocer las fábulas, mitos y leyendas de la tradición oral de su país y comunidad teniendo también perfecto derecho a interesarse por los relatos indígenas y cuentos populares así como toda la literatura creada por los pueblos originales del mundo.
7.- Los niños y niñas tienen derecho a inventar y contar sus propios cuentos, así como a modificar los ya existentes creando su propia versión. En aquellos casos de niñas y niños muy influídos por la televisión, sus padres están en la obligación de descontaminarlos conduciéndolos por los caminos de la imaginación de la mano de un buen libro de cuentos infantiles.
8.- Los niños y niñas tienen derecho a exigir cuentos nuevos. Los adultos están en la obligación de nutrirse permanentemente de nuevos relatos, propios o no, con o sin reyes, largos o cortos. Lo único obligatorio es que éstos sean hermosos e interesantes.
9.- Los niños y niñas siempre tienen derecho a pedir otro cuento y a pedir que le cuenten un millón de veces el mismo cuento.
10.- Todo niño y niña, por último, tienen derecho a crecer acompañados de las aventuras del Colorín colorado y del inmortal “Había una vez…”, palabras mágicas que abren las puertas de la imaginación en la ruta hacia los sueños más hermosos de la niñez.
“Un hombre es siempre un cuenta cuentos; vive rodeado de sus historias y de las historias de los demás. Ve todo lo que le ocurre a través de ellas e intenta vivir su vida como si estuviera contando un cuento”
Jean Paul Sartré.
Jean Paul Sartré.
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