Acudió al duro lecho donde ayer la felicidad y en ensueño solían juguetear. Donde ahora convergen los que sufren; los que ríen y lloran. Pero esa noche, sólo atinó a besar a su propio dolor y acariciar su propia desdicha para poder abrazar con ternura su viejo cuerpo.©
devuelvo la atencion de tu visita,me quedaré por aca,leyendo un poco mas,muy bueno lo suyo
ResponderBorrarun abrazo
Carna: Es usted muy amable, sus palabras tocan mi sensibilidad.
ResponderBorrarUn abrazo.
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