Cuando pasa del movimiento a la contemplación, instala una silla en el jardín para mirar sin analizar, sin interpretar un gesto o una simple señal. Sólo sueña poder seguir sus propias reglas, sin ajustarse a la de los demás. Sueña con poner en marcha sus ideas y asumir los riesgos en primera persona, aunque en la locura siempre hay algo de razón.©
24 de marzo de 2012
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