Las bandas criminales
emergentes es el nombre que identifica a una serie de organizaciones mafiosas
que operan en nombre de las minorías más pudientes. Este apelativo fue otorgado
por su propio ideólogo en una clara reorientación sobre el fenómeno del crimen organizado, luego de un celoso proceso de desmovilización de miles de combatientes de otros
grupos armados, el fortalecimiento de la ejecución de políticas de "seguridad
democrática" y la influencia del tráfico de tóxicos.
Las bandas criminales operan en
todo el territorio nacional, aunque también mantienen presencia en Estados
miembros. Actualmente van de un lugar a otro sin hacerse notar y procuran no
traspasar los límites de las normas locales de la decencia. Como toda
organización que se respete tiene sus aliados estratégicos, debido a que su
principal actividad es el control sobre el trueque.
Entre sus accionares se
encuentra el ataque, la extorsión y la retención a la sociedad civil y miembros
de la fuerza disponible. Mientras que otras de sus actividades obedece al
reclutamiento forzado de menores y el impuesto insurrecto, una modalidad
extorsiva que busca avergonzar mediante la intimidación y el desembolso de
dinero por parte de comerciantes y empresarios independientes y, en ciertas
ocasiones, a compañías y empresas de diversos sectores sin ánimo ni intención
de menospreciarlas para lograr que las mentiras parezcan verdaderas y el
asesinato respetable como código moral propio. Desde entonces sus cruentas batallas a veces producen una disimulada animadversión entre los ciudadanos de a pié.
Todas las bandas que usan o reclutan a niños, me parecen horribles.
ResponderBorrarLas bandas, por favor, que sean de música nada más.
Gracias por compartir una realidad, que ojalá fuera ficción.
Un cordial saludo
una pandemia que recorre sudamérica
ResponderBorrarsaludos