El
sha Abas I, el más admirable gobernador de safawí, soñaba que su gran ejército
exterminaba a todos los enemigos de Persia. Sin embargo, hacia el alba su sueño
pronto se desvanecía por los temores naturales y las afugias del día.
Preocupado, por sobradas razones, mandó a cegar a todos sus hijos para
impedirles que se convirtieran en sus más cercanos rivales. Se dice que nunca
volvió a soñar gracias a sus conspiradores en primer grado de consanguinidad.©
18 de mayo de 2013
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