Oír un eco,
jamás equivaldrá a
aguzar el oído.
Vamos a prisa,
sin una autocrítica
ni pensamiento.
Hablan sus ojos,
besan sus miradas: mis
suspiros de amor.
Pensar resulta
antinatural en la
era celular.
Las ruinas hablan
del paso de los años:
mi ambigüedad.
La guadua vive
inclinada ante el
arribismo del
oro.
Muy acertado este Haikú, Guillermo. Es indudable que vivimos la cultura de la inmediatez.
ResponderBorrarSaludos cordiales
Sete
Pd;Te invito a conocer "Tiempo de naranjas", mi primer libro publicado; un deseo cumplido. Lo encontrarás en mi blog, estaré encantada de recibirte.
Congratulaciones por tu libro y por esa realidad color naranja.
ResponderBorrarSaludes.