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Resignadas, las cien doncellas
leonesas recorren las silenciosas calles de la ciudad antigua. Cada año son
arrebatas de su castro para cumplir con el infame tributo de ser entregadas al emir cordobés en señal de sumisión y evitar ser enterradas vivas. Solo Sherezada
podrá cambiar el rumbo de este relato con un solo Ctrl=Z
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Un fino humor. Saludos.
ResponderBorrary una mirada a la historia de ayer y actual, David.
ResponderBorrarVa mi saludo para usted también.
La historia se salpica de cuentos y verdades, para hacer, en tu voz, un muy buen post.
ResponderBorrarUn saludo.
bellisimo hogar de letras un honor pasar por aqui, mis humildes felicitaciones, cordial saludo.
ResponderBorrarSherezade siempre fue muy inteligente. Muy bonito tu micro.
ResponderBorrarMuchas gracias por tu visita, LaCasa Encendida siempre tendrá la puerta abierta.
Saludos muchos.
Que tiempos... Una triste historia.
ResponderBorrarUna tradición que hace que no se pierdan los recuerdos.
Muchos besos.