(Sobre un texto de Anuar Bolaños)
Todos los días, con la absoluta
puntualidad de un ritual y sin sorprenderse de las hondas líneas del tiempo en
su rostro, se contempla. Después de
mucho cavilar, entendió que la moda no sólo finge la belleza sino que la
inventa.©
La libertad del hombre y su capacidad se demuestran al inventarse a sí mismo.
ResponderBorrarO de reinventarse, estimado Carlos.
ResponderBorrarLos rastros en los rostros son difíciles de maquillar. Por eso a veces uno se pregunta ¿quién ese que te mira del otro lado del espejo?
ResponderBorrarUn cordial saludo.
Casi siempre quien nos mira desde el otro lado del espejo es un(a) desconocido(a). Ah difícil reconocernos en él o en ella.
ResponderBorrarGracias por pasar por estas dimensiones corporales y espirituales.