Llegamos a la habitación que la mujer nos señaló con
el dedo. Merodeo tus nervios, al mirarte en el espejo mientras me miras de reojo. Evocas cosas... y
notas como me mantengo impetuoso y al acecho como lobo enjaulado. Te acercas a mí y
me besas hasta devorarme por completo.
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