9 de diciembre de 2018

LES NÉCESSITEUX


Google


Son una familia de extracto dos que viven en Traquetolandia, el barrio, es lo que dejó el nefasto esplendor del narcotráfico local. Las razones no faltan. Él, un empleado público en carrera administrativa, en cambio ella trabaja en casa contestando encuestas web. Tienen una sola hija; la parejita terminó en misión imposible para los dos. Una tarde dominical en que el hastío bosteza, se sentaron a ver por enésima vez la serie del joven aprendiz de magia y hechicería Harry Potter. De repente, en los últimos segundos de un anuncio comercial, el contenido deshidratado de una sopa instantánea se comenzó a vaciar a través de la pantalla plana del televisor de cincuenta y cinco pulgadas y llenó la estrecha sala del apartamento. Aquel producto industrial, pensado para sustituir las sopas tradicionales, fue objeto de gestos de total desconcierto familiar. Poco a poco el torrente invasor de pollo con fideos se hizo apremiante y obligó al hombre a realizar un esfuerzo, más allá de su capacidad, para bajarle el volumen al aparato receptor. Sin comprender nada, se apresuraron a comprobar si era cierta la gran cantidad del inexpugnable y embalado producto. En principio consideraron que se trataba de una agresiva forma de publicidad virtual, de incontenible tecnología en consonancia con los intereses y necesidades del consumidor actual.

Como puede, la mujer va hasta la puerta del apartamento y ve a doña Elubia regar sus geranios, pero no se atreve a decirle nada a la anciana a la que le es indiferente que la estén siempre mirando. Alicia, de nuevo mira a la dueña del apartamento contiguo que ha esa hora del día todavía tiene puesta la batola puesta y los rulos hechos con el tubo del papel higiénico en la cabeza. No nota nada extraño mientras ella sigue rociando sus matas. Sabiendo lo lenguaraz que es, confirman que nada inusual sucede. Ahora es él quien intenta averiguarlo todo. Llama por teléfono y pregunta por la hora de la transmisión del partido en televisión por cable. Una voz femenina le responde que Manuelito está en el Azcárate Martínez, y que está hablando con Nereida, la esposa. Ah bueno, pensé que lo estaba viendo por televisión. Cuelga. Nada anormal notó en la voz de la señora. Deciden entonces no contar nada. La nena se ha quedado dormida. Entonces resuelven que lo mejor que pueden hacer es sacarle provecho a la situación. Del televisor, extraen todos aquellos productos de primera necesidad: comida, ropa, calzado, productos de aseo personal, joyas, vinos, lácteos, medicamentos, víveres… Claro que pensándolo bien, a veces corren el riesgo de ser asaltados como el día de se vieron en eminente peligro, y tuvieron que llamar al 1-2-3 para que los escuadrones del orden público acordonaran el pequeño edificio por el asedio de miles de necesitados.©Guillermo A. Castillo.

4 comentarios:

  1. Pues sí, que ya no saben qué inventarse para las publicidades...

    Saludos,

    J.

    ResponderBorrar
  2. Pues sí, entre más promocionan, más incautos caemos.
    Saludos José desde esta tierra colombiana. Y gracias por tu comentario tan puntual.

    ResponderBorrar
  3. La publicidad es como es, pero la has llevado a una magia onírica excelente.

    Un abrazo grande, y por una semana preciosa

    ResponderBorrar
  4. Creo estimada Albada que "En el mundo de la publicidad no existe la mentira, sólo convenientes exageraciones". Y así lo hemos escrito.
    Un abrazo grande y muchos escrituras.

    ResponderBorrar

Visitas del mes pasado a la página

Translate

Traductor
English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified
Quiero esto en mi Blog!

***

Especial: La novela en mil textos

Homenaje a Georges Méliés

Colegio Académico de Buga

Antología de minicuentos contundentes

ESCARABAJO

Revista Antología de amor y desamor: dos textos míos

Revista Salvo el crepúsculo: microrrelatos de mi autoría.

Secretos del cuentista

¿El último adiós?

El selfie del infierno

El corto de terror más corto

El parricida cortometraje