14 de diciembre de 2013
7 de diciembre de 2013
UNA TARDE
La tarde calla o canta.
J. L. Borges
Cuando
llegó al café ubicado en la Arboleda del Centenario, sabía que la esperaría por
las razones que ella siempre esgrime sobre la vanidad a la hora de salir. Con resignación
y la mirada en algún punto distante, permaneció en silencio hasta
cuando una muchacha lo regresó a la realidad ofreciéndole el menú con las
mejores opciones en helados y bebidas.
El
tiempo parecía que era parte de la eternidad, mientras Serrat canturreaba: Una
tarde plomiza de abril, cuando se fue tu amante, se marchitó en tu huerto hasta
la última flor… Luego el Nano guardó silencio, y yo continué con una canción de
Draco Rosa, esa que dice… Soñé tu figura lejos, esperando en los suburbios del
olvido y me vi solo.
-
¿Qué desea ordenar? –le interrogó una joven decidida buscando justificar su permanencia en el lugar. Fue cuando ella apareció
sonriente, pero él supo advertir en sus ojos una sombra indefinida. Pero esos
ojos, cuando él le habló, recobraron su brillo cual si un tren silbara a lo
lejos siendo la esperanza de algo. Era un intento por penetrar con su voz tibia
los sentidos de la recién llegada, mientras ella, con doloroso cuidado, le recorría
la cara.
Era
una hermosa tarde del sábado, sabía que iría a su encuentro, aunque él acariciara
la idea de revivir aquellos momentos que sólo los dos logramos alcanzar cuando
el cielo y la tierra se juntan, olvidando que el mundo existe a nuestro
alrededor. Yo sólo quería que nos reveláramos esas cosas que aún guardamos en
silencio, porque todo amor incompleto es siempre capullo, aunque para él sea
pasión. Sólo deseaba mirarlo a los ojos y, a través de ellos, revelar ese
sentimiento que él sabe disipar cada vez que lo miro, que supiera lo que me
hace sentir, que se diera cuenta cómo el roce de sus manos, de sus labios, de
sus besos, me hacen sentir tan mujer.
¿Sabe? Ayer, me dije, que ir a su encuentro sería
un error porque
ese amor
no puede atreverse a expresarse con nombre propio por las circunstancias que
nos atan a otras personas. Aun así, decidí volver a florecer de la nada, gozando de
su presencia, de sus palabras, de todas sus caricias, esas que tanto anhelo y
que me llegan al alma.
Después de una torrencial lluvia de besos y cuando las primeras sombras de la noche caían, el hombre pidió la cuenta. Fue cuando la felicidad iba hablándoles en voz baja al regresar por esas calles que suelen estirarse y por donde otros deambulan llevando incertidumbres como espinas. Él iba con pasos resueltos y ella contoneando sus gracias. Así se marcharon, sin mirar atrás, con su tiempo y sus respectivas ausencias. ©
Después de una torrencial lluvia de besos y cuando las primeras sombras de la noche caían, el hombre pidió la cuenta. Fue cuando la felicidad iba hablándoles en voz baja al regresar por esas calles que suelen estirarse y por donde otros deambulan llevando incertidumbres como espinas. Él iba con pasos resueltos y ella contoneando sus gracias. Así se marcharon, sin mirar atrás, con su tiempo y sus respectivas ausencias.
30 de noviembre de 2013
23 de noviembre de 2013
EN POCAS PALABRAS
UNO QUE...
Decidió colgarse de su sombra porque por más que lo intentó,
le fue imposible atravesar una viga en el subrepticio abismo de su mente.
le fue imposible atravesar una viga en el subrepticio abismo de su mente.
CARACOL
Cuando
acerca el caracol a su oído sólo escucha su
atormentada alma.
PODER
Gracias
al rey Midas, El Dorado existe.
TEORÍA
Freud en su teoría de los
sueños dice que si sueñas que estás nadando en el mar y no eres capaz de
alcanzar la playa de nuevo, es porque en alguna parte se esconde la arena.
EDITH (Yrit)
Una mirada hacia atrás vale más
que una hacia adelante.
16 de noviembre de 2013
9 de noviembre de 2013
CAMBIO DE DESTINO
Cuando entendió que las líneas
de las manos eran como un instrumento de muchas cuerdas a las que podía hacer
vibrar de otra manera, decidió cambiar su destino. Así que el primer cambio fue
en la línea de la vida, porque vivir era sufrir. La siguiente alteración se la
produjo en la línea del corazón, pues todo lo que hacía con él terminaba en ingratitud.
El último cambio ocurrió en la línea de la cabeza, pues nunca entendieron lo
que ella hacía con el corazón. Sin embargo, mucho antes de tomar esta decisión final
ya había perdido la razón.©
CONCRECIÓN
![]() |
La mujer en las palabras, Juan Osborne |
Cuando ciertas
palabras me llaman aguzo el oído. Luego cuando llegan a mis manos, las convierto
una a una en estalactitas de carbón. Pero ellas siempre traviesas, suelen cambiarse
por otras, se trasladan de sitio o se posesionan dentro de una frase silenciosa e inesperada. Ellas me hacen dudar al ocultarse entre mis propias sombras, así sean producto
de todos los razonamientos asociados a incontables imágenes remotas y nacientes.
Por todo esto, vuelven a caerse a modo de guijarros callejeros con alegría
repentina, reaparecen floreciendo cual piedrecitas resplandecientes y
recriminadoras cuando pudiendo decirlo todo con menos palabras, uso cien. ©
2 de noviembre de 2013
SIN MENTIRAS
El viejo estaba colgado,
llevaba allí la eternidad de un instante ante los ojos atónitos
de la recién llegada. El niño, impaciente, va a su encuentro y tras haber juzgado
que algo faltaba para terminar el juego, pregunta a su mamá que si puede
hamacar al abuelo.
–No, hijo, primero he de saber quién
lo ahorcó. ©
VOYEUR
Encantado, él la seguirá hasta la puerta y,
después de entrar, se asomará a través del ojo de la cerradura por donde verá
únicamente oscuridad. Será más tarde cuando se enterará que los fantasmas suelen resplandecer. ©
Notícula: A falta de limón para la tinta invisible,
seleccionar con el botón izquierdo del ratón desde la la palabra "suelen".
26 de octubre de 2013
LOS MONSTRUOS
Tomó el cuento. Lo abrió.
Primera página. "Había una vez...". Segunda página. Continuó leyendo.
Un poco más deprisa porque ya era tarde y deseaba terminar pronto. Última
página. "Ya está… Se ha acabado". Cerró el cuento y se dispuso a cerrar
el libro dándole un mimo y un beso de "buenas noches" al hijo. Con cierta afectación en su cara el niño dice: "Así no se
cuenta, papi". "¿Cómo que así no se cuenta?". Pues no, por qué
no me incluiste en la historia. El
padre con hosquedad responde:
-Pues, el que quiera verte que
venga a casa.©
PERVERSIONES
Me mudé a un edificio de
departamentos. A las semanas, me invitaron a una reunión de asociación. Decidí asistir,
y de ese modo presentarme en el lugar. La reunión no tuvo nada de
sobresaliente; salvo el recordar el pago oportuno de la cuota de administración. Un
detalle, tan solo un detalle mínimo, acaparó mi atención. La vecina del 10 "G" tenía desabotonada
su blusa, situación que me causó cierta confusión. Esa abertura me llamaba como
el canto de una sirena. Debía reprimir un impulso salvaje. Pero deseaba
arrojarme sobre ella y arrancar parte de su vestuario. No, no
quiero, que se me confunda por cierto grado de perversión. Tenga, usted, en
cuenta que no me interesaba en lo más mínimo mi vecina, sólo me interesaba esa insinuante
abertura. Quería introducirme a través de ella, llegar a lo más profundo de
su ser como pérfido salvaje, para ser más exacto. No me interesan sus
extremidades de palmípeda ni sus miradas de pronóstico reservado.
A partir de ese momento comencé
a frecuentarla, a fingir un ocasional encuentro… Ya sé que era sospechosa mi
actitud, dado que nunca habíamos atravesado saludo alguno al cruzarnos por el
piso. No me importaba: tan solo esperaba el anhelado momento en que mi vecina se acercara y así satisfacer mi obsesión. Se nos
enseña a no desear la mujer del prójimo, pero vivimos en una época donde la
imagen es lo más deseable, entonces es justificado y legítimo que yo quiera tocar
aquella sustancia que da volumen a mi obsesión. Escuche... No debe juzgarme por
este impulso mío, sino ayudarme ¿Cómo? Tendiéndome una mano, mientras se
desajusta su blusa.
A las semanas comprendí
que, descolgándome por mi balcón, podía introducirme en la terraza de aquella
mujer y, desde ahí, a su habitación. No, no quiero causarle daño alguno. Solo
necesito abrir un poco más su escote. Y llegó el día en que me decidí. En
pocos minutos me introduje en su habitación y la esperé. No sabía por dónde
empezar. Estaba tan excitado que solo escuchaba el palpitar de mi corazón. No
pude ver cuando ella entró. Me sorprendió frotándome contra uno de sus óleos donde posan sus precipicios desnudos. La mujer estaba tranquila. Tan solo dijo
"Hace días que tengo la ventana abierta, pensé que nunca te
decidirías". Desde entonces tomo sus senos de magnolias y conversamos hasta
la hora de los gemidos. A nuestro modo, somos felices. ©
19 de octubre de 2013
12 de octubre de 2013
H O M E N A J E
Nací en Bogotá, el 25 de agosto de 1923, día de San Luis Rey de Francia. No descarto la influencia de mi santo patrono en mi devoción por la monarquía. Hice mis primeros estudios en Bruselas. Regresé a Colombia y por períodos que, primero, fueron los de vacaciones y, luego, se extendieron más y más, viví en una finca de café y caña de azúcar que había fundado mi abuelo materno. Se llama "Coello" y se encuentra en las estribaciones de la Cordillera Central. Todo lo que he escrito está destinado a celebrar, a perpetuar ese rincón de la tierra caliente del que emana la substancia misma de mis sueños, mis nostalgias, mis terrores y mis dichas. No hay una sola línea de mi obra que no esté referida, en forma secreta o explícita, al mundo sin límites que es para mí ese rincón de la región de Tolima, en Colombia.
En un último intento para lograr el diploma de Bachiller, me matriculé en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, en Bogotá. Mi profesor de Literatura Española fue el notable poeta colombiano Eduardo Carranza, y a dos cuadras del Colegio estaban los billares del Café Europa y los del Café París. Las clases de Carranza son para mí una inolvidable y fervorosa iniciación a la poesía. El billar y la poesía pudieron más y nunca alcancé el mirífico título.
En compañía de Carlos Patiño, alternando mis poemas con los suyos, publicamos un pequeño cuaderno titulado "La Balanza", que repartimos nosotros mismos entre algunos libreros amigos el 8 de abril de 1948. El día siguiente, nuestra obra se agotó por incineración. El 9 de abril fue la fecha del "Bogotazo", cuando ardió el centro de la ciudad por obra de los enardecidos partidarios del candidato presidencial Jorge Eliecer Gaitán, asesinado ese día en la capital.
Tomado de: http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/mutis/mutisxmutis.html
SUEÑO DEL FRAILE
SUEÑO DEL FRAILE
Transitaba por un corredor y al cruzar una puerta volvía a transitar el mismo corredor con algunos breves detalles que lo hacían distinto. Pensaba que el corredor anterior lo había soñado y que éste sí era real. Volvía a transponer una puerta y entraba a otro corredor con nuevos detalles que lo distinguían del anterior y entonces pensaba que aquél también era soñado y éste era real. Así sucesivamente cruzaba nuevas puertas que lo llevaban a corredores, cada uno de los cuales era para él, en el momento de transitarlo, el único existente. Ascendió brevemente a la vigilia y pensó: “También ésta puede ser una forma de rezar el rosario”.
Tomado de: http://e-kuoreo.blogspot.com/5 de octubre de 2013
EL HOMBRE SIN SOMBRA
El hombre no tenía sombra. El día
que nació notaron que no tenía sombra, lo cual lo hacía un hombre especial,
diferente a los demás hombres. Sucede que quiso tener su propia sombra y salió
en busca de ella, pero no cualquier sombra; el hombre sin sombra quería una
sombra especial, una que no la tuviera ningún otro hombre. Buscó debajo de la
luz y en los grises del día. En las playas atestadas de gentes bajo el
sol. Mejor dicho, en toda parte. Buscó y volvió a buscar hasta que por fin la
encontró. Sin embargo, una vez se la colocó, se sintió como todos los demás
hombres: vacío, sin gracia y sin convicción. Nunca pudo tener su propia luz
entre tanta sombra. ©
28 de septiembre de 2013
SERPIENPEDIA
La serpiente sabe deslizarse
por la tierra con su ojo agudo y puntilloso, escudriñando entre lo pequeño y
lo único. Va por mundos rastreros y sin grandes acrobacias que la obligan a ir despacio, sigilosa; a tener paciencia y mirar desde lejos. Nada la
separa de su sombra y de la idea de su sombra, ni de su ausencia más que de
ella. Sólo bastará su silbido mortal para provocar una intoxicación que se
manifiesta principalmente por el dolor en el sitio de la punzada y una gama muy
amplia de signos y síntomas locales como generales que algunos Estados dicen
investigar. ©
21 de septiembre de 2013
TRAS TENSA CALMA
La calma del tenso muro que los
separa es engañosa porque a sus dos lados se insinúa tormenta. Desde siempre,
esta frontera ha sido escenario de decisiones que han sido respondidas muchas
veces con acciones puntuales. Tras incontables lágrimas rodantes, ambos
bandos que crecieron viéndose como monstruos, descubrieron que son humanos. ©
14 de septiembre de 2013
PURO, PURO...
La vieja apurada por un tabaco de
medio lado en la boca me dijo que con ese “Puro, puro, yo te conjuro...” la
tendría a mis pies. Me aseguró, una y otra vez, que abandonaría al hijueputa de
su marido, que llegaría rogándome para que me la llevara a vivir conmigo. Me dijo que
me mantendría como un rey, que a su lado todo sería derroche y confort. En todo
acertó. Lo que nunca me reveló, la color de humo esa, es que después de tanto
tiempo a su lado, me acabaría aburriendo de vivir bueno, de sus invariables antojos;
que me cansaría de sus llamaditos con el dedo índice y terminaría asqueado de sus
rondas de vieja en celo. Envidio la suerte de mi hermano que esboza una sonrisa
cuando me ve, porque sabe que me ganó sin artimañas.©
Se encontraron en la taberna
y bebieron algunas cervezas. Caminaron después por la ciudad vacía,
intercambiaron miradas y cogiditas de manos enamoradas. Sin proponérselo, llegaron
a un cuarto de alquiler y se desnudaron, pero no se atrevieron a hacer el amor
porque hay historias en las que los personajes no son felices y eso sería complicarlo
todo.©
7 de septiembre de 2013
MARI POSAS
Mientras tu estómago se llena con miles de mariposas que giran revoltosas, en ese aletear profundo escucho que dices algo. ¿Aún le cuentas a las flores cuánto te amo?©
Tenemos que sobrellevar dos o
tres orugas si queremos conocer a las mariposas. De ninguna de ellas se sospechó que fuera
capaz de convertirse en mujer.©
31 de agosto de 2013
HAY QUE DECIR... JAIKU
A Poemma
Vuelven recuerdos
de aquellas rutas opuestas
de mirar fugaz
*
Con una risa
el caminar apurado
va por su lado
*
Unidas manos
entre atardeceres se
citan aquí y allá
*
Sin mirar de dónde
venimos, sino a dónde
vamos, elegimos amar
*
De la pasión
supimos, cual estrella
agitada y escondida
*
Con razón hubo
risas y llantos, cuando la
vida fue vida
*
No fue otra cosa:
tres ramos de
diferentes rosas
*
Nuestro hogar
proviene del lugar
encendido por fuego
*
Acércate a la
lumbre que al calentarnos
seremos pedernal
©
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